¿Te ha tocado dar vueltas por ahí como una peonza? ¿Tienes más especialidades acreditadas de las que puedes recordar? ¿Conoces pueblos y ciudades de CyL? ¿Tu coche tiene más de 150.000 kilómetros? ¿Te jode que echen sal en las carreteras cuando no nieva ni va a nevar? ¿Tiras con media jornada y te han puesto un horario de mierda? Pues a lo mejor te interesa leer esto. Bueno, o no, pero da igual, yo lo pongo de todas formas.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Das la mano y te cogen el brazo

No deja de tener su gracia que esté escribiendo esta entrada a altísimas horas de la madrugada (o bajísimas horas de la mañana) tras haber estado de boda y ¡haber dormido ya! Seguro que algunos otros no se habrán echado ni a sobar y yo ya estoy en pie dando la tabarra. Cuatro horitas de sueño, lo normal últimamente, y menos tiempo del que me va a costar llegar a Ávila. Bien, será cuestión de acostumbrarse, porque dormir poco y mal empieza ya a ser marca de la casa, y hacer viajes largos en coche ya es marca de la casa desde hace muuuucho tiempo, pero no niego que hoy precisamente le tengo cierto repelús a la operación retorno.

Me cuesta elegir temática para esta entrada, que podría ser muy variada, desde las señoras con bótox a las que se les queda a todas la cara igual y la boquita de pitminí y te miran raro, a los debates sin sentido sobre si el gin tonic con Beefeater está muy visto, pasando por toda la cuestión de las vacantes, los exámenes de septiembre o las ansiedades varias vinculadas no sólo con el tema laboral, pero la cosa es que igual no son horas para tocar ninguno de esos temas. En su lugar, prefiero hacer dos reflexiones que no tienen nada que ver una con la otra: 1º)se hace rara una boda sin farlopa. 2º)he encontrado a un director de cine que tiene la misma manía que yo.

Primera reflexión) Sí señores y señoras, estoy en disposición de afirmar que en este enlace en el que he estado no había nada en polvo que no fueran los azucarillos del café. Estaba todo muy bien pensado, con baños minúsculos para evitar que, como en El año de la garrapata, alguien decidiera hacer la fiesta por su cuenta y pasar de entremeses, pinchitos y canapés varios directamente al rodaballo de Galicia, sin escalas. Y más si tenemos en cuenta que hicieron un amago peligroso al principio, poniendo al pánfilo del David Guetta a todo trapo, momento en el que pensé “maaadreeeeeeeeeeeeeeeeeeee”. Pero claro, luego me fui dando cuenta de que el tal David Guetta es el apóstol de los discotequeros “sanos”, que como ya tienen hijos y están casados ahora si se meten algo es “por error” o “porque me lo han puesto en la copa”... curiosa la elipsis entre los 16 y los 36 años, parece que no hubiera pasado el tiempo en absoluto... dios qué pereza me daaaaaaaaannnnnnnnnnnnnn

La verdad es que no sé para qué voy a bodas. Y eso que voy librando bastante y ya voy a muy poquitas, pero al final siempre salgo con la misma impresión de casi todas, salvo que acabe muy borracho o pasao, en cuyo caso todo es de puta madre, claro. Pero como esta vez no tenía yo ni el cuerpo ni la mente en plan terminar como una pulga, pues se me ocurrió también que quizás hoy fuese el momento ideal para hacer un comentario ácido sobre el rito del matrimonio en la sociedad española, pero como es posible que me lleve su tiempo casi prefiero decir los capítulos que tocaré el día que lo quiera hacer con calma:

-el rito del matrimonio en la sociedad española I: ¿la boda es nuestra o de nuestros padres?
-el rito del matrimonio en la sociedad española II: ¿quién coño ha elegido el menú?
-el rito del matrimonio en la sociedad española III: ¿ese señor que habla es un cura o un cómico de Albacete?
-el rito del matrimonio en la sociedad española IV: hostia tú, que es el cura...
-el rito del matrimonio en la sociedad española V: las comparaciones siempre son odiosas, el vino de mi boda era mejor
-el rito del matrimonio en la sociedad española VI: ¡basta de autorreferencias, ya sabemos que no os conocisteis en la cola de paro!
-el rito del matrimonio en la sociedad española (y VII): ¡fuera corbatas, hagamos el ridículo!

Algún día esa entrada se escribirá y entonces no me invitarán a más bodas por hijoputa. Y yo igual hasta feliz como una perdiz, aunque pienso que Truman Capote era bastante más hijoputa que yo y lo seguían invitando a los saraos... Ya veremos.

Segunda reflexión) Como volví pronto pude constatar nuevamente que la televisión los sábados noche es una putísima mierda. Ello no obstante, llegué a pillar la sesión de Todo Cine de La Sexta 3 justo antes de los horroróscopos, gracias a lo cual descubrí que Christopher Nolan y yo, aparte de tener cierta querencia por Batman, los insomnes y la gente que tiene mala memoria, compartimos una manía más: las manos. Yo no me había fijado, pero como a los de Todo Cine les pagan por cosas como estas, pues ellos sí: el tipo presenta a cada personaje haciendo un plano inicial de sus manos, generalmente ocupadas en alguna tarea que caracteriza al personaje. Seguro que lo repiten, así que quien quiera podrá verlo estos días, pero me llamó mucho la atención y estoy casi seguro que Nolan y yo coincidiríamos en votar a favor de darle un premio oscar a Cosa, la mano de la familia Addams. Y fijo que también coincidiríamos en que mola mucho que haya un premio de pelota llamado el “manomanista”.

Mi mano haciedo de Cosa, con éxito relativo


Sí, qué le voy a hacer pero me fijo en las manos de la gente, en cómo las mueven, en cómo gesticulan con ellas, en dónde las colocan cuando están nerviosos, en si tienen los dedos que deben o más y cosas por el estilo. Cosas mías, que dirían los Abuelos, pero cosas mías que ya no me puedo quitar porque no tengo edad para disculparme por mis manías y porque tampoco tengo edad, ni ganas, para que me gusten otras manos.

El éxito fue tan relativo que Cosa acabó volcando


No hay comentarios:

Publicar un comentario