¿Te ha tocado dar vueltas por ahí como una peonza? ¿Tienes más especialidades acreditadas de las que puedes recordar? ¿Conoces pueblos y ciudades de CyL? ¿Tu coche tiene más de 150.000 kilómetros? ¿Te jode que echen sal en las carreteras cuando no nieva ni va a nevar? ¿Tiras con media jornada y te han puesto un horario de mierda? Pues a lo mejor te interesa leer esto. Bueno, o no, pero da igual, yo lo pongo de todas formas.

jueves, 25 de octubre de 2012

Dame estrellas o limones

Mi apreciadísimo Nigel Rickembacker dejó escritas, dentro de su famosa "Notas desde la cárcel del castillo", una serie de cartas a su Mary Blackstone-Helix. Hoy he leído una de ellas y me ha apetecido colgarla aquí, compartirla.

Querida Mary:

Anoche soñé con rozar tu cuerpo, con poder estar echados los dos en la misma cama pequeña, con poder acariciarte el pelo con tranquilidad, con darte besos y meterte mano, con decirnos hola muchas veces, con no decirnos adiós, con mirarte a los ojos y notar que me quieres, con lamer tu cuerpo con parsimonia, con cogerte las manos y notar que encajan, con acariciarte sin tocarte y tocándote, con buscarte la boca, con morderte el lóbulo, con morderte el culo, con besarte en el cuello y con rodearte constantemente entre mis brazos, soñaba con decir 25 veces te quiero y ninguna no te marches, con taparnos con una manta grande, con acariciarte la garganta, con quemar leche y hierbas en una cacerola, con cantarte canciones al oído, con llorar poco y reír mucho, con pasear, con abrirte la puerta y presentarte a mi casa, con decirte los sitios que me gustan de esta ciudad, con sacar unas sábanas nuevas para ti, con beber de la misma botella de cerveza, con invitarte a un pincho con jalapeños y besos, con hacer café con leche, con decir “aquí te llamé aquel día”, con marcar con mi dedo la línea de tus cejas, con morderte el papo e imitar con mis besos el sonido del helicóptero, con que arreglases mi planeta narajana, con escuchar juntos todos los discos, con ir a un concierto, con encontrar nuevos bares, con mirarte y comprendernos, con no ser insistente, con ser sistente, con dejarte mis zapatillas y mi pasta de dientes, con verte hacer un moño y tratar de ocultar tus ojeras, con tapar tus ojos con un antifaz y dejarte protestar, con hacerte reír de la manera que tú sabes, con decir tu nombre en alto y oír “¿sí?” a escasos centímetros, con notar que me acaricias las canas, con permitir que te tapes la boca cuando te digo algo bonito, con llamarte mil cosas bonitas, con que vuelvas a apreciar mi coche limpio y las letras de mi pecho, con no correr, con no tener prisa, con no pensar, con no hablar, con mirar, con tocar, con sentir, con saborear, con imaginar, con planear, con discutir y con amar, con llevarte en el asiento del copiloto, con darte la hora, con buscar una pensión a altas horas, con haberla reservado ya, con no tener donde dormir, con no querer dormir, con destrozar tortillas y desvirgar panderetas, con darle plantón a todo el mundo menos a ti, con no saber si hago bien pidiéndote que te quedes, con esperar que sí, con desear que sí, con regalarte un príncipe pequeño y un libro de magia y una chapa, con afeitarme y quedarme igual, con entrar en tu cabeza y arrancar malas ideas, con saber que contigo me importa un carajo mañana, con importarme mañana sólo por ti, con verte amanecer, con decirte que si quieres despertar conmigo, con invitarte a vermú, con razonar a medias con los camareros, con perder un tren y encontrar un camión, con recordar lo que me dijiste una noche de verano, con verte sonreír. Con verte sonreírme. Soñé y sueño. Estoy bien. Quiero que tú también. Te quiero.

1 comentario: