El interino errante
también es voluble cuando toca. Hoy me ha apetecido poner primero el
título y ver qué va saliendo. Como soy amigo de las listas, creo
que hablar de cinco cosas que me apetece hacer no suena tan fuera de
lugar entre los contenidos de este blog que ya de por sí es un poco
outsider porque ni generalmente habla de cosas de interinos,
ni excesivamente sobre la enseñanza, ni sobre las vacantes
obligatorias o voluntarias, ni tampoco creo que interese a mucha
gente lo que hago o dejo de hacer con mi vida o las películas que
veo o los libro que subrayo.
Como parece que ha
quedado claro ya que al que suscribe le gusta mucho el cine, voy a
hablar de cinco escenas de películas que me gustaría reproducir
en mi vida real, con quien quiera sumarse si resulta que en la escena
hay más de un personaje. Seguramente a esto que se me ocurre ahora
ya le habrán puesto nombre y seguro que algún telediario de fin de
semana lo habrá sacado, cogiendo escenas de youtube, en la sección
ésa de noticias sin sentido que ponen para rellenar y que quepan más
anuncios. ¿Nadie se ha fijado en que los telediarios duran casi el
doble que hace unos años pero siguen teniendo menos enjundia que un
periódico en agosto? Esto daría para otra parrafada, pero hoy me
voy a centrar en lo de las escenas, que me apetece más.
Banda Aparte: correr por
el Louvre
Banda aparte es una gran
película, de “mamá”, como quien dice. Es posiblemente una de
las escenas más conocidas de Godard y, dado lo grande que es el
Louvre y la cantidad de asiáticos con cámara que hay, es cierto que
apetece hacer como Odile, Arthur y Franz, y echar a correr intentando
batir el récord de Jimmy Johnson de San Francisco.Esto ya lo vio Bertolucci
y lo metió en Soñadores con buen criterio.
Esta película tiene otra
escena, esta vez a dos y no a tres, en un vagón de metro, que me
resulta memorable y muy, pero que muy, familiar y reconocible. Godard
y Truffaut me gustan entre otras razones porque se fijan en ciertos
detalles, y los plasman en sus películas, que no por habituales
dejan de ser encantadores.
Cuando Harry encontró a Sally: el
orgasmo ¿fingido?
Hace muchos años, durante una
temporada, por algún motivo que no recuerdo bien sólo salía los
viernes por la noche. Los sábados noche, que mis padres no estaban
en casa, me los pasaba viendo varias pelis alquiladas (no había
emule ni cosas así, sólo videoclubes) y cenando lo más cerdo que
se me pudiese ocurrir y estuviese mínimamente cualificado para
cocinar yo mismo. En todo caso, tengo que reconocer que una de las
películas que vi varias veces en aquella época fue Cuando Harry
encontró a Sally, que me sigue pareciendo muy entretenida y
exponente de cierto cine de comedia romántica que no tiene las
tonterías que tienen las de últimamente. Billy Crystal siempre me
ha caído de puta madre, con esa especie de incontinencia verbal y
opiniones para todo. Meg Ryan también, hasta que alguien le dijo que
se pusiera labios y la jodió pero bien. Cosas de Joyibud, dirán por
ahí. En cualquier caso, la escena, que también es bastante
conocida, a mí me dejaría en segundo plano, poniendo caras como
Billy, y tendría que ser mi partenaire la que le echase un
par de ovarios, sobre todo si el lugar escogido para la
representación fuese alguno de los bares o cafeterías que pueblan
esta ciudad y donde si vas dos días ya te conocen y te tratan de “mi
niño”.
La vida de Brian: ¡vete a la mierda!
Ésta es histórica y bastante habitual
en la vida real y en ciertos ambientes. Casi podríamos decir que ya
la he representado, aunque sin el tono de comedia. Faltarían los
morros de nutria, pero casi como que no me apetecen... los podemos
cambiar por palomitas de chocolate, que suenan igual de mal que los
morros, pero son más de aquí.
El resplandor: paseo con el triciclo
Creo que ésta obedece a una especie de
trauma infantil. Evidentemente no me gustaría encontrarme a las dos
gemelas metiendo miedo al girar la esquina, pero ¿quién no sería
feliz corriendo con un triciclo tipo Chopper, y derrapando, por unos
pasillos enormes de una casa enorme en la que tu padre escribe
siempre lo mismo en una máquina y tu madre se dedica a comerle la
moral al pobre hombre? Joder, como pa no hablar con tu dedo índice,
colega...
Alta Fidelidad: cantar Let's get it on
Con esta película tengo una debilidad.
Él hace listas como yo, o yo como él, y siempre quise tener una
tienda de discos. Un poco más grande que Discos 3 (hasta que se
derrumbó el edificio era peregrinaje de viernes), pero con el buen
ambiente que preside Championship Vinile. Hay más paralelismos pero
me los quedo para quien me conozca. En todo caso, siempre he querido
imitar a Jack Black cantándola, así con pasión, mordiéndose el
labio inferior y moviendo la mano con firmeza. Muy fuerrrt.
Y otro día más. Tengo pa unas cuantas listas.
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