¿Te ha tocado dar vueltas por ahí como una peonza? ¿Tienes más especialidades acreditadas de las que puedes recordar? ¿Conoces pueblos y ciudades de CyL? ¿Tu coche tiene más de 150.000 kilómetros? ¿Te jode que echen sal en las carreteras cuando no nieva ni va a nevar? ¿Tiras con media jornada y te han puesto un horario de mierda? Pues a lo mejor te interesa leer esto. Bueno, o no, pero da igual, yo lo pongo de todas formas.

domingo, 13 de mayo de 2012

Cinco cosas...


El interino errante también es voluble cuando toca. Hoy me ha apetecido poner primero el título y ver qué va saliendo. Como soy amigo de las listas, creo que hablar de cinco cosas que me apetece hacer no suena tan fuera de lugar entre los contenidos de este blog que ya de por sí es un poco outsider porque ni generalmente habla de cosas de interinos, ni excesivamente sobre la enseñanza, ni sobre las vacantes obligatorias o voluntarias, ni tampoco creo que interese a mucha gente lo que hago o dejo de hacer con mi vida o las películas que veo o los libro que subrayo.

Como parece que ha quedado claro ya que al que suscribe le gusta mucho el cine, voy a hablar de  cinco escenas de películas que me gustaría reproducir en mi vida real, con quien quiera sumarse si resulta que en la escena hay más de un personaje. Seguramente a esto que se me ocurre ahora ya le habrán puesto nombre y seguro que algún telediario de fin de semana lo habrá sacado, cogiendo escenas de youtube, en la sección ésa de noticias sin sentido que ponen para rellenar y que quepan más anuncios. ¿Nadie se ha fijado en que los telediarios duran casi el doble que hace unos años pero siguen teniendo menos enjundia que un periódico en agosto? Esto daría para otra parrafada, pero hoy me voy a centrar en lo de las escenas, que me apetece más.

Banda Aparte: correr por el Louvre

Banda aparte es una gran película, de “mamá”, como quien dice. Es posiblemente una de las escenas más conocidas de Godard y, dado lo grande que es el Louvre y la cantidad de asiáticos con cámara que hay, es cierto que apetece hacer como Odile, Arthur y Franz, y echar a correr intentando batir el récord de Jimmy Johnson de San Francisco.Esto ya lo vio Bertolucci y lo metió en Soñadores con buen criterio.

Esta película tiene otra escena, esta vez a dos y no a tres, en un vagón de metro, que me resulta memorable y muy, pero que muy, familiar y reconocible. Godard y Truffaut me gustan entre otras razones porque se fijan en ciertos detalles, y los plasman en sus películas, que no por habituales dejan de ser encantadores.



Cuando Harry encontró a Sally: el orgasmo ¿fingido?

Hace muchos años, durante una temporada, por algún motivo que no recuerdo bien sólo salía los viernes por la noche. Los sábados noche, que mis padres no estaban en casa, me los pasaba viendo varias pelis alquiladas (no había emule ni cosas así, sólo videoclubes) y cenando lo más cerdo que se me pudiese ocurrir y estuviese mínimamente cualificado para cocinar yo mismo. En todo caso, tengo que reconocer que una de las películas que vi varias veces en aquella época fue Cuando Harry encontró a Sally, que me sigue pareciendo muy entretenida y exponente de cierto cine de comedia romántica que no tiene las tonterías que tienen las de últimamente. Billy Crystal siempre me ha caído de puta madre, con esa especie de incontinencia verbal y opiniones para todo. Meg Ryan también, hasta que alguien le dijo que se pusiera labios y la jodió pero bien. Cosas de Joyibud, dirán por ahí. En cualquier caso, la escena, que también es bastante conocida, a mí me dejaría en segundo plano, poniendo caras como Billy, y tendría que ser mi partenaire la que le echase un par de ovarios, sobre todo si el lugar escogido para la representación fuese alguno de los bares o cafeterías que pueblan esta ciudad y donde si vas dos días ya te conocen y te tratan de “mi niño”.



La vida de Brian: ¡vete a la mierda!

Ésta es histórica y bastante habitual en la vida real y en ciertos ambientes. Casi podríamos decir que ya la he representado, aunque sin el tono de comedia. Faltarían los morros de nutria, pero casi como que no me apetecen... los podemos cambiar por palomitas de chocolate, que suenan igual de mal que los morros, pero son más de aquí.




El resplandor: paseo con el triciclo

Creo que ésta obedece a una especie de trauma infantil. Evidentemente no me gustaría encontrarme a las dos gemelas metiendo miedo al girar la esquina, pero ¿quién no sería feliz corriendo con un triciclo tipo Chopper, y derrapando, por unos pasillos enormes de una casa enorme en la que tu padre escribe siempre lo mismo en una máquina y tu madre se dedica a comerle la moral al pobre hombre? Joder, como pa no hablar con tu dedo índice, colega...



Alta Fidelidad: cantar Let's get it on

Con esta película tengo una debilidad. Él hace listas como yo, o yo como él, y siempre quise tener una tienda de discos. Un poco más grande que Discos 3 (hasta que se derrumbó el edificio era peregrinaje de viernes), pero con el buen ambiente que preside Championship Vinile. Hay más paralelismos pero me los quedo para quien me conozca. En todo caso, siempre he querido imitar a Jack Black cantándola, así con pasión, mordiéndose el labio inferior y moviendo la mano con firmeza. Muy fuerrrt.


Y otro día más. Tengo pa unas cuantas listas.



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