¿Te ha tocado dar vueltas por ahí como una peonza? ¿Tienes más especialidades acreditadas de las que puedes recordar? ¿Conoces pueblos y ciudades de CyL? ¿Tu coche tiene más de 150.000 kilómetros? ¿Te jode que echen sal en las carreteras cuando no nieva ni va a nevar? ¿Tiras con media jornada y te han puesto un horario de mierda? Pues a lo mejor te interesa leer esto. Bueno, o no, pero da igual, yo lo pongo de todas formas.

domingo, 27 de mayo de 2012

¿Tú quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?


Prácticamente acabo de comer a las 17 horas. Nada raro teniendo en cuenta que me acosté bastante tarde y que, como suelo hacer los fines de semana, bajé bien la persiana. No es que haya dormido mogollón, pero sí lo suficiente para enfocar la semana con la cabeza algo despejada, que siempre es importante.

Lo cierto es que ha sido un fin de semana de ésos para recordar durante muchos años, pero como me he visto envuelto en actividades ilegales, pues no las voy a contar con detalle, que nunca se sabe quién acaba leyendo las historietas que uno pone por aquí. Nada muy grave, debo decir, pero sí tipificado, así que ruego que nadie pregunte porque no daré más datos por esta vía. En todo caso, un viernes salvaje y un sábado genial, brutal y redondo.

De lo que hoy quiero hablar un poco es de los cambios de perspectiva. Me explico: hay multitud de cuentos e historias que todos y todas conocemos, que forman parte de la cultura popular, que nos han contado miles de veces y que nosotros mismos hemos contado (si no somos hijos de la logse y por tanto sabemos que memorizar tiene utilidad en el estudio, claro), y que pueden dar mucho juego simplemente si nos ponemos a pensar en ciertos detalles de los mismos y les damos un poco la vuelta.

De esas conversaciones guays que uno tiene en la vida, anoche salió el asunto de cuál pudo ser el criterio por el cual los tres cerditos se repartieron los diversos materiales de construcción (paja, madera y ladrillo) para sus casas respectivas. De eso el cuento no dice nada y queda abierto a la imaginación, pero estoy por apostarme algo a que no fue una cuestión pacífica, porque en la vida siempre hay conflicto y, por mucho que los cuentos lo quieran ocultar y/o dulcificar, las relaciones fraternales no siempre son fáciles, y menos cuando lo que está en juego es librarse de un lobo cabroncete que tiene bastantes recursos. 

Vaya tres patas pa un banco
Estoy seguro que el primer cerdito, el de la casa de paja, no era tan vago como lo pinta el cuento, sino que en el fondo era el hermano con más complejo de inferioridad, que tiene como asumido su papel de apaleao y directamente pasa de la defensa de sus intereses: sería algo así como la negación de la asertividad y, sí, luego sublima sus problemas mediante el juego individual, donde manda él y sólo él. También creo que el segundo y el tercer cerdito se lo jugaron al azar. Está claro que la madera es mejor material de construcción que la paja, pero el ladrillo acaba siendo insuperable si lo que quieres es que el lobo no te toque mucho los cojones. Fijo que un cerdito quiso engañar al otro, no me cabe duda. No sé exactamente si el método fue el póker o los dados o los chinos, o simplemente el recurso al acertijo como en La princesa prometida, otra peli que es un cuento y que también me encanta. En todo caso, está claro que uno ganó y otro perdió, como suele suceder cuando se tienta la suerte de cierta manera.


Esto puede dar para mucho, pero sólo voy a incluir otra referencia para dejar el tema abierto a posibles nuevas ediciones del debate. ¿Alguien sabe exactamente qué estructura grupal-familiar mantenían los 7 enanitos antes de que apareciera Blancanieves en sus vidas? Creo que prácticamente todo el mundo presupone que son hermanos, más que nada porque la acondroplasia es una enfermedad genética, según dicen los expertos. No obstante yo considero más razonable pensar que se trata de una cuadrilla de leñadores contratados específicamente por la malvada reina para talar árboles de pequeño tamaño en los bosques reales; si nos ponemos a pensarlo un poco, prácticamente saliendo ya del feudalismo es casi seguro que no fuera del todo fácil encontrar mano de obra en el campo que quisiera deslomarse aún más para cortar helechos, arbustos y matorrales, o para tratar los bonsáis que seguramente ya estarían poniéndose de moda aunque el cuento no haga referencia ninguna a los viajes al lejano oriente. En contra de esta teoría se me podrá argumentar que no llevan camisas de cuadros de franela, pero casi como que no me convence. Y la cuestión es ¿quién era el jefe de la cuadrilla, pues? Por sus nombres resulta fácil aventurar una respuesta: Dormilón, Feliz, Mudito, Tímido, Gruñón, Mocoso y Sabio. Una persona normal entendería que Sabio es el jefe natural de la cuadrilla, porque él es el primero en levantarse, realista, habla y no tiene temor a dar órdenes, es respetuoso con sus subordinados y no anda sonándose la nariz constantemente, pero ¿y si no fuera así? ¿Y si nos encontrásemos con la pura y dura realidad que nos dice que es más probable toparse con un jefe gruñón o mocoso que con uno sabio? Nunca lo sabremos porque no hay fuentes fiables para afirmar o negar ninguna cosa de las que digo, pero siempre es buen ejercicio cambiar de perspectiva sobre las cosas, también sobre las serias.

Llevan picos pero realmente son leñadores


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