¿Te ha tocado dar vueltas por ahí como una peonza? ¿Tienes más especialidades acreditadas de las que puedes recordar? ¿Conoces pueblos y ciudades de CyL? ¿Tu coche tiene más de 150.000 kilómetros? ¿Te jode que echen sal en las carreteras cuando no nieva ni va a nevar? ¿Tiras con media jornada y te han puesto un horario de mierda? Pues a lo mejor te interesa leer esto. Bueno, o no, pero da igual, yo lo pongo de todas formas.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Póker de copas son tres ases y una reina, ¿no?


Día de huelga y mucho esquirol suelto, pero al final a la manifestación va gente y parece que es un éxito. Supongo que todos los compañeros y compañeras que hoy han decidido trabajar, sobre todo los interinos errantes o no tan errantes, tendrán claro que el curso que viene todo les va a ir de puta madre. Ellos sabrán, pero aquí no sólo corren listas en un sentido.

En fin, ahora no tengo ganas de echar bilis y me apetece hablar de cosas algo más mundanas. Como después de la mani, salvo que sea Huelga General, te sueles tomar una caña, le estuve dando vueltas al asunto de con quién me iría yo de pedo antológico, asunto sobre el que hace tiempo prometí hablar. Reconozco que ya una vez me puse a escribir sobre ello, pero resultaba un poco artificial, realmente no estaban quienes tenían que estar y por eso no lo colgué. Hoy empiezo de cero y seguramente mañana pensaré otra cosa, pero eso es lo bonito de las chorradas, que nadie te exige coherencia.

En principio serían cuatro las personas con las que, tal vez por separado, para no liarla, me pasaría una noche de ésas memorables. Pero realmente sólo voy a hablar de tres, porque la primera es alguien que está por aquí y no os la voy a describir, pero merece la pena para irse de pedo y también para ver pelis, entre otras muchas, muchísimas cosas.

Bien, que hoy no interesa hablar de my heart, sino de tres personajes dignos de apoyarse en la barra del bar de Chuchi con este interino errante y soltar babayadas sin fin, contar historietas estúpidas y abrazarnos en plan amigos de toda la vida para luego quedarnos con un vago recuerdo. Vamos, una noche canalla de ésas que dicen los poetas modernos que me dan tanta grima.


Michi, te extrañamos


Así, a bocajarro: Sánchez-Dragó, Coque Malla y Michi Panero. Es una pena que Michi ya no esté entre nosotros, pero algunas veces que he salido solo y he acabado hablando también solo en una barra o volviendo pa casa, reconozco que una parte importante de las conversaciones imaginarias eran con él. Era un tío guay, una pena no habernos conocido de verdad. Ya que estoy, sigo con Michi, que está claro que es el que mejor me cae de los Panero. 



No es que Leopoldo no tenga su interés, pero sería imposible tener una conversación mínimamente razonable con él, y para volverme loco ya me basto y me sobro yo, aunque me gustaría pedirle que me contara otra vez la historia del “conejito blanco” que explica en el desencanto. Soy más de Michi porque yo creo que era el más razonable de los tres, a pesar de tener también sus cositas, en definitiva, el más soportable, porque con los otros dos estoy seguro que no aguantaría más de una hora. Entiendo que Michi sería capaz de contarme, sin tantos aspavientos ni circunloquios, cuál era la verdadera relación entre su padre y Luis Rosales, que siempre me ha intrigado porque en aquella época no se llevaban las flores ni las camisas de lunares, y menos entre personajes tan queridos por el régimen como esos poetas insignes que cantaban a las encinas solitarias o a la nieve que unifica al mundo. Le pediría que se cuidara un poco más la salud y que no trasnochara tanto, pero resultaría un poco irónico. Qué buen tipo el Michi y qué mala suerte tuvo. Beberíamos carajillos de whisky toda la noche.


San Miguel como yo pero ¿este hombre se depila?

Coque Malla es otra historia. Debo reconocer que yo supe de la existencia de Cuenca no en geografía de EGB, sino por su insistencia en irse para allá cada vez que en “Todo es mentira” en tenía algún problema con Penélope Cruz. 



Bueno, el tema es que me gustan Los Ronaldos y me gustan los personajes que interpreta en las películas, que siempre pensé que son un poco él mismo, sin mucha actuación, porque en el fondo siempre hace igual, lo que algunos dicen que es tener gran personalidad y yo suelo creer que es ser mal actor. Conozco más malos actores pero con ellos no es divertido tomarse copas. A Coque le pediría que me explicase si en “No puedo vivir sin ti” lo que está diciendo en el fondo es pa bien o es pa mal, porque una cosa es no poder vivir sin ti en plan estar enganchao como a la droga y otra muy distinta no poder vivir sin ti en plan voluntario y consciente.



Realmente no me importa mucho la respuesta, porque las dos me parecen bien, pa qué voy a mentir, tienen el mismo efecto práctico, pero estaría bien saberlo para luego hablar de qué será de Jordi Mollá, al que igual hay que hacerle una serie como a Jorge Sanz. 


Beberíamos cañas de barril hasta que le diera por invitarme a un moscatel bueno, que pa eso es artista y tiene pasta.

La arruga es ¿bella?

Y sí, por último está Dragó. No tengo ningún problema en reconocer que es un tipo que me cae como la mierda cada vez que abre la boca para hacer algo que no sea presentar “Negro sobre blanco”, pero una borrachera con él tiene que ser bru-tal, sobre todo si eres como yo un poco jarto y tienes grabadas partes de sus entrevistas a determinados personajes. 



Dragón, como yo prefiero llamarlo, es un fenómeno contando su vida, sus historietas místicas, sus relaciones con las sustancias y luego su magia a la hora de escribir 100 libros en dos días (en la cantidad de libros y de días exagero, pero creo que él y César Vidal están más o menos a la par, aunque a éste último seguro que la palabra “negro” le da mal rollo). En fin, que Dragón tiene mucho que contar y en el fondo lo que haríamos en el bar es entrevistarnos mutuamente, y yo le contaría alguna de ésas conversaciones raras que he tenido y de las que hablaba el otro día, le ofrecería hacer un libro conjunto, escrito por un tercero, de epigramas inspirado en la poesía bucólica coreana pero sin pasarnos de listos, sólo para ir a presentarlo al Círculo de Bellas Artes de Madrid y que yo luego pueda ir a mi pueblo a contarles a los paisanos del bar que salí en la tele borracho con un señor que, sí amigos, vive en Soria y tiene una novia japonesa que nadie sabe cómo es capaz de aguantarlo. Todo sería con cariño, al día siguiente se nos olvidaría lo de los epigramas y me negaría el saludo si me viera por ahí. Y claro, yo también se lo negaría, porque pa puta puta, la tacones. Ah, y habríamos bebido sake si lo hubiera en el bar, pero acabaríamos seguramente tomando té de hierbas con gotas de veneno, que le pega más. 


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