Grata
sorpresa. Estaba yo trasteando entre las carpetas más viejas, de
ésas que vas pasando de ordenador en ordenador según cambias y que
jamás tienes tiempo de ordenar ni de nada más salvo ponerlas bajo
el misterioso epígrafe de “Antiguo PC”, cuando me he encontrado
una selección de poemas de JA Goytisolo que copié, cual amanuense
digital, un tal día 15 de enero de 2000.
He
encontrado otras muchas cosas interesantes, pero por ahora no voy a
hablar de ellas, ya que me he acordado de este hombre y me apetece
hablar un poco sobre él y lo que escribió. Ahora mismo no tengo muy
claro cómo llegó hasta mí el primer libro suyo que leí, salvo que
no fue a través de la literatura del BUP, porque creo recordar que
no llegamos a ese tema (siempre corriendo para cumplir las
programaciones incumplibles). En todo caso sí recuerdo que me dio
una especie de obsesión, y mira que me cansan la poesía y los
poetas en general, y empecé a pedir libros suyos y a leerlos.
Un
amigo me dijo una vez que comprar libros de poesía es ridículo,
porque si los hojeas entre el momento que los has comprado y tu
regreso a casa, es bastante probable que cuando llegues a casa ya te
los hayas terminado, y por lo tanto dejan siempre mal sabor de boca,
como de lectura de metro (o, donde no hay metro, de paseo). Creo que
demuestra cierta falta de sensibilidad, porque al final la poesía
siempre resulta ser como canciones sin música, pero no le falta
parte de razón. No es por eso por lo que me cansa la poesía, pero a
veces es verdad que empalaría a unos cuantos de ésos que se
autodenominan poetas y que mucho mejor estarían dándose menos aires
y arrejuntándose conmigo para formar un conjunto disyuntivo de
juntaletras.
Tampoco
quiero ser cruel, alguno habrá que no sea un gilipollas (hablo de
los actuales, a algunos los he padecido), pero lo dudo. Los poetas se
unen a los pedagogos en la cola donde se coge número para el
paredón.
Pero
JA me cayó bien siempre. Tengo simpatía por la gente jodida.
Realmente tengo simpatía por mucha gente en general, pero
particularmente las vidas jodidas me resultan interesantes, aunque
sólo sea porque creo que siempre hay que intentar entender el motivo
que las haya podido joder, al menos para estar precavido en caso de
que le pase a uno mismo. Igual que Goytisolo, siempre me han
simpatizado los Panero, pero eso es otra historia.
Existe
cierto debate sobre la muerte de JA. Hay quien afirma sin sombra de
duda que se suicidó. Yo también lo creí en un determinado momento.
No es que sea muy normal caerse por una ventana hoy en día, sobre
todo cuando se supone que estás limpiando los cristales (juro que
ésa fue la primera versión que se dio del suceso), pero yo prefiero
creer que fue una muerte de ésas estúpidas, de las que en el fondo
hacen de contrapunto a una vida intensa. Sí, a vida intensa, muerte
ridícula. ¿Suicidio? ¿El vómito de Jimi Hendrix fue un suicidio?
¿La sobredosis de Morrison fue un suicidio? Yo no tengo nada contra
quien se lo crea, pero yo no me lo creo. Prefiero pensar que JA
estaba dedicado a las labores del hogar una mañana de marzo y que,
viendo pasar a un vecino con su perro, se tropezó y se cayó “al
vacío”. Lo otro sería demasiado típico. Particularmente pienso
que era este vecino provocándole, como venganza.
Mi
vecino es un hombre intachable
que
ama la casa y juega con los niños
riega
el jardín y cuida de su perro.
Su
ex-mujer le acusaba de crueldad mental.
JA
pasará posiblemente a la historia por Palabras para Julia,
que tan bien musicó Paco Ibáñez. A Aute le va a pasar similar con
Al Alba, pero supongo que ya lo sabe. Imagino que Aute no
limpia los cristales de su casa. Y es cierto que Palabras para
Julia es un poema precioso, pero está ya un poco gastado. En la
selección ésta precisamente no está incluido, supongo que yo iría
de destroyer, o de joven enragé y no quería incluir
algo tan conocido... sabe dios, hace más de doce años.
En
todo caso, a mí me gustan más otras cosas como ésta:
Quise
buscarte
Quise
buscarte en lo inaudible
en
el reino más sigiloso
pero
no puede averiguar
dónde
habitaba el gran silencio
pues
desconozco su sonido.
No
sé si es roce de algodón
o
áspero grito de vinagre
si
parece un galope mudo
o
es igual que un tambor sin piel
cuyo
redoble se ha perdido.
Quise
buscarte en aquel reino
en
el vacío sin palabras
en
el gran templo inexpresable
que
es el silencio de tu dios
pero
no di con el camino.
Pero
sobre todo, y especialmente, me gusta ésta:
Cuando
todo suceda
Digo:
comience el sendero a serpear
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.
Allí
te esperaré.
Me
anunciará tu paso el breve salto
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.
Te
volveré a mirar, a sonreír
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.
De
nuevo en pie siguiendo tu figura
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.
Otro día hablo de los Panero.
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